Supongo que si sois humanos habréis sentido
alguna vez la tentación de arrojar cosas, echar a correr hasta llegar a la
montaña y gritar agónicamente como si os estuvieran despellejando viva. Bueno,
tal vez seáis un poco más estables que yo y no habéis llegado a tanto, pero os hacéis
a la idea.
Estos últimos días he tenido tanta mala
leche que no me aguantaba ni yo. Imaginaos al resto. Así que claro, me puse a
pensar que tenía que encontrar alguna forma de juntar mi mierda antes de que le
estallara en la cara a alguien. Imagen mental desagradable, lo sé.
Hace poco hablando de esto con un amigo
me contó la técnica de “el lugar feliz”. Básicamente, si no entendí mal, consiste
en elegir un lugar donde te hayas sentido seguro y relajado e intentar llevar
allí a tu mente en los momentos de estrés – aunque imagino que hay que manejar
primero la habilidad de funcionar con el piloto automático, porque a la gente
no le suele gustar discutir con trozos de carne comatosos. Aunque de acuerdo
con mi experiencia, sonreír y asentir (o negar y ponerte serio si ves que está
gritando porque si sonríes mucho lo mismo te parte la cara) aún funciona.
Pasé un tiempo pensando cual sería mi
lugar elegido. El primero que se me vino a la mente, no tengo muy claro porqué,
fue la mesa camilla de la salita de mi tía. Concretamente dentro. Juro que no
me he pasado mi infancia encerrada en lugares oscuros, supongo que es por la
sensación que estar allí -en casa de mi tía, en general - me transmite. O
porque, admitámoslo, meterse en sitios siempre es divertido. Y, todo el mundo
sabe, que mientras te tapes o te cubras con algo, los monstruos no pueden
encontrarte 😊
Otra “técnica”, por llamarlo de alguna
forma, que siempre me ha hecho mucha gracia es la de racionalizarlo todo al
extremo. Por poner un ejemplo, vas a prepararte un sándwich con el paté que
compraste ayer mismo, pero cuando vas a buscarlo descubres que alguien se lo
comió la noche anterior a cucharadas. ¿Qué haces? ¿Sentir odio infinito? ¿Pensar
que te acaban de joder el día? Pues en el esquema del universo supongo que no
llega ni a intento de problema, así que lo mejor es reírte de haber pensado por
un solo momento que eso era motivo para joder nada y buscar otra cosa que
ponerle. Y sino el pan solo también está bueno, a ver si nos vamos a poner
ahora pijos.
Como teoría es bonita, he de decir que a
la hora de la verdad lo más probable es que termines gritándole al gilipollas
que se comió TU pate a cucharadas, salgas de casa gritando como una loca “A
cucharadas!” y optes por no comer nada en una huelga de hambre que no valdrá
para absolutamente nada. Ah, madurez.
Pero mi favorita es sin duda la escritura
automática. Dejar vagar a tu mente por los recovecos más oscuros y poner en
palabras todo lo que en la vida te vas a atrever a decirle a nadie. Y
sorprenderte a ti misma por el nivel al que llega tu cabreo, o por lo cruel y
sincera que puedes llegar a ser. Eso sí, asegúrate de que nadie puede leerlo –
ponle un nombre al archivo como “estadísticas fluctuantes del comercio
internacional”- esa he sido yo en modo escritura automática, no preguntéis. Y
si lo escribís en papel tened cuidado, a veces ni escribirlo en lenguaje alien
es seguro.
¿Y vosotros? ¿Ya habéis pensado cuál
sería vuestro lugar seguro? ¿Tenéis alguna técnica para no convertiros en
palomitas o preferís seguir las sabias palabras de Shrek: “Más vale fuera que
dentro”?
Jajajajajajja. Lo siento, no me río de ti eh? Es que me he sentido identificada con lo que has escrito. Lo abrir el frigo y descubrir que te falta justo aquello que te apetecía es algo que me ocurre muuuuy a menudo. Mi marido tiene un don para eso. Hay dias que me lo tomo bien, otros en las que se la armó. Porque ni siquiera lo apunta en la lista de la compra.
ReplyDeleteYo suelo desaparecer en los días que no puedo más. Le doy a la niña y me encierro en el baño. Según el grado de enfado o agobio, me meto en la ducha lloro y grito, o me pongo a leer.
Lo de escribir...no ha lugar, snifff. Pero con ese título tus escritos están seguros.
Disculpa si hay alguna errata pero escribo desde la playa con la tablet. No es por dar envidia...o si. :p
Besos
Cuando llega el estrés no cabe más remedio que relajarse... o reventar. Para lo primero existen muchos métodos. Puedes optar por irte a "Wonderland" o a "Never never land" (un lugar feliz, vaya) pero a mi me basta con ponerme a leer un libro, ver una peli o escuchar música para relajarme.
ReplyDeleteAparte lo dicho, hace un tiempo que sigo el sistema de no tragarme los sofocones, si alguien me está tocando la moral pues voy y se lo digo, educadamente y procurando no gritar, pero no me quedo callado (este es el método Shrek?). La verdad es que me funciona. Al menos te quedas a gusto.
Y si todo eso no te sirve, siempre te queda pensar en unas vacaciones... a que sí?
Besos.
Hola Palomita! No suelo explotar muy a menudo, pero ultimamente andan tocandome la moral en el trabajo y por ahora solo respiro, pero me da que cualquier dia me volveré una palomita también :P
ReplyDeleteMuuuuaks!