“Hay dos cosas infinitas: el universo y
la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro” (Einstein)
Como seres humanos que somos, todos hemos
dicho alguna vez algo que con forme sale de nuestra boca nos vamos
arrepintiendo por lo estúpido que suena. Si además tienes la infinita suerte de
trabajar de cara al público, hablando constantemente con gente de lo más
variopinta, las probabilidades de que se digan tonterías son tan altas que es
casi imposible que no ocurra.
Por ahora voy a relatar solo algunas que
me han parecido memorables a lo largo de los años.
Señor huésped pregunta a que hora es la
salida del hotel. Tras comentarle que es a las 11 se queda pensativo y luego
vuelve a preguntar “¿Qué pasa si necesito dejar el hotel antes de esa hora?”
Lo
que me encantaría haber respondido: ¡No puede! ¡He
dicho que a las 11, y que no le vea asomando la cabeza ni un minuto antes!
Pareja de huéspedes que acaba de llegar
al hotel y están checking in. La
chica comenta que ha leído que las habitaciones no se limpian todos los días y
me pregunta si su habitación estará limpia.
Lo
que me encantaría haber dicho: Veamos, ¿qué día
es hoy? 30? Ups, me temo que solo las limpiamos los días impares. Aquí tiene
unos trapos y sabanas limpias, ¡disfrute!
Chica llama para preguntar si su
habitación tiene ventanas. Pregunto a que nombre tiene la reserva. Me contesta
que al de su novio. Le pregunto de nuevo cuál es el nombre. Me contesta
chillando exasperada y como si fuera tonta “¡A – nombre – de – mi- novio!” Tuve
que suspirar, contar hasta tres y sincerarme con ella “Me temo que no sé cómo
se llama su novio”
Matrimonio con dos hijos adolescentes
haciendo check in. Me comentan que esperan que sus habitaciones estén
intercomunicadas. Les explico que les he puesto en habitaciones adyacentes pero
que por desgracia no tenemos habitaciones intercomunicadas. Se indignan y me
chillan que al hacer la reserva pidieron una habitación intercomunicada. Pero
es que no tenemos… ¡Pero es que lo pedimos! (y así un buen rato, ya os lo imagináis)
Lo
que me encantaría haber hecho: Agacharme, sacar
un hacha de alguna parte y exclamar “Ah, si lo pidieron, ¡Haber empezado por
ahí! No tenemos, ¡pero ya les hago yo una puerta!”
Chica con una reserva para una habitación
sin ventanas. Al entregarle las llaves le explico que su habitación estará en
la primera planta y pone cara de asco. “No tiene nada en el piso más alto?”
Silencio. Como decirlo con tacto. “Puedo mirarle algo en el cuarto piso… pero
tiene una habitación sin ventanas…” “El cuarto piso sería genial” Decido
callarme y cambiarle el cuarto. Supongo que hay personas a las que simplemente
les encanta montarse en el ascensor.
Por supuesto no siempre es la persona en
frente mía diciendo tonterías, yo tampoco me quedo corta a la hora de decir
chorradas. Ayer sin ir más lejos fui a llevar dos toallas limpias a la habitación 208. El señor me preguntó si podía reservarles un taxi. "No hay problema. Recuerda el número de su habitación?" Con forme hacía la pregunta mi mirada estaba posada en el número enorme y fosforito que indicaba la habitación. Silencio incómodo. "Ya, ya lo he visto. Nada. Adiós!"Y me fui corriendo por el pasillo con la poca dignidad que me quedaba.
Y como esa muchas más. La de veces que habré dicho buenos días a las 10 de la noche o "disfrute su estancia!" justo despues de que hicieran el check out. O cuando intenté pasarle un boli a un huesped y en lugar de dárselo mi mano decidió hacer una voltereta mortal y lanzarlo hacia atrás de forma completamente ridícula y ruidosa...
Y por supuesto, tampoco me hace falta
estar en público para cagarla. Hace un par de semanas intenté abrir el portal
enseñándole al telefonillo mi pase de autobús. Sobra decir que la puerta no se
movió ni un ápice.
¿Os pasan a menudo cosas por el estilo?
Me encantaría leer sobre ellas 😊
HAPPY FRIDAY!