My Blog List

Friday, 30 June 2017

GAJES DEL OFICIO

Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro” (Einstein)

Como seres humanos que somos, todos hemos dicho alguna vez algo que con forme sale de nuestra boca nos vamos arrepintiendo por lo estúpido que suena. Si además tienes la infinita suerte de trabajar de cara al público, hablando constantemente con gente de lo más variopinta, las probabilidades de que se digan tonterías son tan altas que es casi imposible que no ocurra.

Por ahora voy a relatar solo algunas que me han parecido memorables a lo largo de los años.

Señor huésped pregunta a que hora es la salida del hotel. Tras comentarle que es a las 11 se queda pensativo y luego vuelve a preguntar “¿Qué pasa si necesito dejar el hotel antes de esa hora?”
Lo que me encantaría haber respondido: ¡No puede! ¡He dicho que a las 11, y que no le vea asomando la cabeza ni un minuto antes!

Pareja de huéspedes que acaba de llegar al hotel y están checking in. La chica comenta que ha leído que las habitaciones no se limpian todos los días y me pregunta si su habitación estará limpia.
Lo que me encantaría haber dicho: Veamos, ¿qué día es hoy? 30? Ups, me temo que solo las limpiamos los días impares. Aquí tiene unos trapos y sabanas limpias, ¡disfrute!

Chica llama para preguntar si su habitación tiene ventanas. Pregunto a que nombre tiene la reserva. Me contesta que al de su novio. Le pregunto de nuevo cuál es el nombre. Me contesta chillando exasperada y como si fuera tonta “¡A – nombre – de – mi- novio!” Tuve que suspirar, contar hasta tres y sincerarme con ella “Me temo que no sé cómo se llama su novio”

Matrimonio con dos hijos adolescentes haciendo check in. Me comentan que esperan que sus habitaciones estén intercomunicadas. Les explico que les he puesto en habitaciones adyacentes pero que por desgracia no tenemos habitaciones intercomunicadas. Se indignan y me chillan que al hacer la reserva pidieron una habitación intercomunicada. Pero es que no tenemos… ¡Pero es que lo pedimos! (y así un buen rato, ya os lo imagináis)
Lo que me encantaría haber hecho: Agacharme, sacar un hacha de alguna parte y exclamar “Ah, si lo pidieron, ¡Haber empezado por ahí! No tenemos, ¡pero ya les hago yo una puerta!”

Chica con una reserva para una habitación sin ventanas. Al entregarle las llaves le explico que su habitación estará en la primera planta y pone cara de asco. “No tiene nada en el piso más alto?” Silencio. Como decirlo con tacto. “Puedo mirarle algo en el cuarto piso… pero tiene una habitación sin ventanas…” “El cuarto piso sería genial” Decido callarme y cambiarle el cuarto. Supongo que hay personas a las que simplemente les encanta montarse en el ascensor.

Por supuesto no siempre es la persona en frente mía diciendo tonterías, yo tampoco me quedo corta a la hora de decir chorradas. Ayer sin ir más lejos fui a llevar dos toallas limpias a la habitación 208. El señor me preguntó si podía reservarles un taxi. "No hay problema. Recuerda el número de su habitación?" Con forme hacía la pregunta mi mirada estaba posada en el número enorme y fosforito que indicaba la habitación. Silencio incómodo. "Ya, ya lo he visto. Nada. Adiós!"Y me fui corriendo por el pasillo con la poca dignidad que me quedaba. 

Y como esa muchas más. La de veces que habré dicho buenos días a las 10 de la noche o "disfrute su estancia!" justo despues de que hicieran el check out. O cuando intenté pasarle un boli a un huesped y en lugar de dárselo mi mano decidió hacer una voltereta mortal y lanzarlo hacia atrás de forma completamente ridícula y ruidosa...

Y por supuesto, tampoco me hace falta estar en público para cagarla. Hace un par de semanas intenté abrir el portal enseñándole al telefonillo mi pase de autobús. Sobra decir que la puerta no se movió ni un ápice.




¿Os pasan a menudo cosas por el estilo? Me encantaría leer sobre ellas 😊

HAPPY FRIDAY!

Wednesday, 28 June 2017

LAS PEQUEÑAS COSAS

Después de tener un día de “shait” en el trabajo – así es como pronuncian mierda aquí y yo tengo la teoría de que es porque la mierda (“shit”) se les quedo corta y tuvieron que añadir una letra para definirla – he decido intentar hacer un post para animar un poco las cosas.

He pensado también que a tan pocos días de empezar la locura estaría bien hablar de todas esas pequeñas cosas que hacen nuestra rutina más llevadera, no importa si parece estúpido o si pensamos que somos los únicos.

Y no hablo de cosas materiales. Todos nos vamos a poner contentos si llegamos a casa y tenemos una pila de regalos esperando – al menos no conozco a nadie que le pase y diga “que pereza, ¿tengo que abrirlos todos?”. Hablo de cosas que nos rodean (¡y son gratuitas!).



Por ejemplo, el sol – algo que di por sentado los primeros 23 años de mi vida y que ahora cada vez que lo veo siento una imperiosa necesidad de salir a la calle y danzar descalza. Y creedme, con más de 15 grados y sol, no me encontraréis en casa.

La música. Hay una cancion en especial que siempre me anima “Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites” (y es exactamente lo que promete)

Ese momento de iluminación en el que estás tirada en el sofá con tus amigas o familia, haciendo cualquier cosa mundana y sin especial interés y te das cuenta de lo que tienes. Dejas por un segundo de darlas por sentado y te das cuenta de que harías cualquier cosa por ellas, y sabes que ellas harían lo mismo por ti, y te sientes feliz de no ser una ameba solitaria.

También hay muchas mucho menos trascendentales. Como hacer listas. Sobre literalmente todo. Y luego subrayarlas – con subrayador amarillo, por supuesto. Cualquier otro color sería una locura.

También me gusta examinarme a mí misma. Y no me refiero a autoanalizarme, me gusta hacerme exámenes. Hace poco una de mis compañeras de piso se planteó presentarse al CAE y mI respuesta fue “¡Sí, podemos buscar tests y practicar!” Y por si alguien no lo veía lo suficientemente raro, tengo que añadir que ya tengo el CAE, así que practicar más tests me sirve para poco, por decirlo de forma amable.

Oler libros viejos. O entrar en una librería con tomos de otro siglo y empaparme de su olor. Lo peor es que cuando lo haces en público, la gente no suele entenderlo. Una vez alguien dejó un tomo de los que a mí me gustan – amarillo y que parece que si lo miras más de la cuenta se va a deshacer- en recepción, así que lo abrí con cuidado, cerré los ojos y lo esnifé un poco. Por supuesto al abrirlos había alguien mirando con cara de protector de Windows. Que nervios de acero.


Por supuesto también hay muchas otras de mi pasado que probablemente no debiese compartir. Recuerdo que cuando iba al colegio había un chico que me gustaba y solía estar contenta si nos repartían la nota de los exámenes el mismo día. ¿Por qué? Vete tú a saber. Entonces si que era feliz con poco.

Me encantaría leer vuestro comentario sobre otras cosas que os hagan feliz 😊

Recordad disfrutar de las pequeñas cosas y pasad buen miércoles!

Monday, 26 June 2017

MIEDO

Una vez un chico al que solía ver me escribió un mensaje con una pregunta muy tonta “¿Que es?” Claro, así sin contexto ninguno, lo primero que pensé fue que se le había un poco la pinza, pero por seguir el juego (y porque se había sacado la pregunta de la nada) pregunté “¿magia?”, a lo que él respondió “Es miedo”

Aún hoy, diez años más tarde, no consigo comprender muy bien a que venía aquello. Pero esas palabras se me quedaron grabadas. Tenemos tantas ideas de las cosas que nos gustaría conseguir en nuestra vida, cosas que queremos eliminar y cambios que debemos llevar a cabo. Cambios que terminamos dejando para el próximo lunes, porque al parecer el próximo lunes tendrá una habilidad especial que el día de hoy no tiene. Inventar excusas, pulsar el botón ignorar y distraernos con otras cosas, eso se nos da muy bien a los seres humanos.

Y al final todo nos lleva a lo mismo; es miedo. No te excuses diciéndote a ti mismo que no puedes dejar de fumar, o de comer dulces – cualquiera que sea tu droga, eso no importa - justo ahora porque estás en un momento muy estresante de tu vida. Acéptalo, la vida es estresante. Nunca va a llegar ese momento de completa paz espiritual, y si llega, será pasajero. Ese no es el motivo. La verdadera razón es que tienes miedo. Miedo a fracasar, a decepcionarte a ti mismo, miedo a la persona en la que te convertirás sin aquel vicio que te ha definido durante tanto tiempo.

Y suelto esto sabiendo que yo soy la primera que tiene miedo. Conozco a pocas personas más hábiles que yo en el arte de ser indulgente con uno mismo. Cinco años llevo ya esperando a que llegue ese momento idóneo en que la vida me dé un respiro y pueda poner en orden mis mierdas.

No pretendo ser dramática y decir que la vida es dolor y que debemos dejar de esperar que lleguen tiempos mejores. Pero la vida es caos y es impredecible – y en ello, de hecho, reside parte de su belleza – así que no podemos vivir esperando algo que no sabemos si tan siquiera ocurrirá.

Como maestra del autoengaño claramente no tengo la clave para superar mis miedos, solo puedo dar un par de consejos que yo misma intento aplicarme.

El primero es conócete a ti mismo/a.  Sí, sí, ya se lo que estaréis pensando “¡no me digas!, no me lo podía haber imaginado yo solo”. Pero olvídate de las excusas y justificaciones por un momento. Medita sobre la persona que eres de verdad respecto a la que siempre pensaste que te convertirías.

Me gustaría hacer un breve inciso para recalcar que cuando hablo de miedo y cambio no solo me refiero a hábitos nocivos como el tabaco. Puede que no estés enganchado a nada, pero estés amargado en el trabajo y te de miedo dejarlo. O puedo que no te guste la forma en la que tratas y juzgas a los demás, aunque te justifiques pensando que todos hacen lo mismo. No es válido, no seas como todos.

Si tras meditar tu respuesta sigue siendo “no quiero cambiar nada, soy una persona maravillosa y ni siquiera sé que es eso de estar paralizada por el miedo”, enhorabuena, no hace falta que leas ningún paso más. Claramente eres un ser iluminado o un maestro del autoengaño. En cualquier caso, bravo.

Supera la tentación de presionar ignorar. No digas “Lo sé” para luego arrastrarte de vuelta al sofá y seguir con tu vida de ameba. Una vez que sabes lo que deseas cambiar o eliminar de tu vida toca hacer algo. Acción. Planificar está muy bien, y soy la primera con una afición casi enfermiza a hacer listas, pero si los planes se quedan en planes… Pues eso, más te valdría dedicar tu tiempo a otra cosa.


Y por último, deja que reine el caos. No importa si acabas de resignar de tu trabajo, si has cortado con alguien porque sabías que vuestra relación no tenía futuro o si llevas tres días sin fumar y a veces sientes ganas de destrozar cosas. Empápate de la locura, disfruta la incertidumbre y siéntete orgulloso de ti mismo. 




Vaya, creo que me he pasado divagando. Espero no haber aburrido o deprimido a nadie.
Próximamente más y mejor :) Ánimo con el lunes!

Saturday, 24 June 2017

7 DATOS ALEATORIOS SOBRE MI PERSONA

 Que probablemente no conozcas ni te interesen, pero que voy a compartir de todas formas

1. Cuatro años viviendo en Escocia y 6 meses en Glasgow, y aún asiento y sonrio
La primera vez que visite Escocia recuerdo que no tenía muy claro si los señores hablando delante mia eran Escoceses o Alemanes, por que no era normal que no reconociese ni una palabra. Después de más de dos años trabajando de cara al público se que muchos piensan que domino perfectamente el Inglés, pero la verdad es que hay muchas veces, normalmente después de un par de "what?", en la que termino sonriendo y asintiendo, o murmurando algo ambiguo como "right, yeah..." A saber a cuantas cosas habré accedido. 


2.  Diez años de adicción
Es increíble cómo pasa el tiempo, y quien diga lo contrario tiene menos de 20 años. Aún recuerdo cuando empecé a los 18 años, fumando a escondidas en la ventana de mi casa. Una vez que mi hermana me preguntó porqué olía a tabaco si llevaba toda la tarde estudiando en el cuarto… y solo se me ocurrió decir “Abrí la ventana y había gente fumando” (En mi boca, al parecer) Creo que no se lo creyó.

3. Pase dos años apuntada al gimnasio antes de decidirme a ir
Uno pensaría que pagar casi £20 al mes te haría sentir una cierta obligación moral por darle uso, pero fui tirando de lunes a lunes empiezo y al final habían pasado dos años.

4. Aprendí hace poco que echar varios ingredientes en un bowl no se considera cocinar
Mi plato estrella siempre ha sido la “ensalada cesar” – aunque me temo que lo único que tenía de ensalada era la lechuga. Luego básicamente rebuscaba lo que tenía por la casa y lo echaba al bowl – pollo, atún, palitos de cangrejo, bacon, queso, picatostes, …  y, por supuesto, todo esto ahogado en un litro de salsa cesar. Y este era mi plato más saludable. Imaginad.

 5.  Mis ojos tienen maquillaje perenne tras 10 años pensando que los desmaquillantes eran para gente rica – el agua es gratis!
Creo que no ha sido hasta hace tres años que he empezado a usar toallas desmaquillantes. ¿Para que, si luego me iba a ir a la cama y la almohada me serviría de toalla? Además, ¿y el tiempo que te ahorras en volver a maquillarte cuando te levantas tarde? Es broma, no lo recomiendo.



6. Tengo tres estómagos, y no dudo en usarlos
“¿Oye, sabes qué ha pasado con el brazo de gitana que traje esta mañana?” me preguntó mi hermana. “Ah, lo siento, lo cogí para merendar” “¡¿Te has comido un brazo de gitana entero?!” “Pensaba que era una caña…” A mi hermana aún le gusta recordarme esta historia después de 12 años.

7. Pulso demasiado el botón “ignorar”
       Lo que viene siendo esconder la cabeza bajo la manta y pensar "si no lo veo no es real". Tengo tantas cosas encerradas en un baúl en alguna parte de mi cerebro que ya ni con sentarme encima se cierra.    Pero de nada sirve agobiarme ahora. Poco a poco. Que no panda el cúnico :)

      Y esto es todo por hoy, pasad buen fin de semana! (a no ser que trabajéis en hospitality, entonces solo puedo decir Ánimo!)







Friday, 23 June 2017

Challenge accepted!

Este blog esta pensado para compartir una experiencia, y todas aquellas personas cansadas de sentirse como una ameba son bienvenidas :)

¿Que qué es exactamente ser una ameba? Básicamente es cuando te pasas el día tirada en el sofá, con Netflix de fondo y un paquete de cualquier tipo de comida basura que hayas encontrado por la casa por compañía. Normalmente, al menos en mi experiencia, a estos días les suele preceder una noche de "me lo voy a beber y fumar todo"

Obviamente cuando te levantas y parece que te ha pasado un camión de basura por encima, lo último que te aptece es ser un ser productivo y cualquier acción más compleja que abrir un paquete o arrastrarte al sofá te parecen un mundo.



Y sigo pensando que las noches de locura son indispensables para la salud mental de una persona. El problema es cuando pasas más díás como ameba que como persona, es hora de plantearse si a lo mejor no le estás pidiendo demasiado a tu cuerpo.

Así que aquí está el challenge que me he propuesto!

Consiste sencillamente en quitarme de todos los vicios a los que soy adicta, que no son pocos.
- Tabaco
- Comida basura
- Comida precocinada (al menos limitarla)
- Bebidas energéticas y gaseosas
- Alcohol (O limitarlo - una copa de vino, si; una botella seguida de cockteles y vodka de pera a palo seco porque no encontrabas otra cosa que beber en casa... bueno, ahí ya te has pasado)

Anoche le comenté mi idea a mi compañera de piso y me dijo que estaba loca si pretendía quitarme de todo a la vez, pero para mi es la única forma que tiene sentido. Hay cosas que van juntas, como beber y fumar como un carretero seguido de atracar al fish and chips. O sentir mono y darte via libre para zamparte tu peso en chocolate - seguido de sentirte mal y tener aún más ganas de fumar.

De todas maneras soy consciente de las limitaciones humanas, por eso he puesto un plazo de 97 días empezando el próximo Viernes 1 de Julio - exactamente los días que me quedan hasta cumplir 28 años :)

De esta forma, en lugar de dejarlo todo de golpe y pasar de ameba a pavo frío, he decidido ir reduciendo gradualmente el número de cigarros, empezando por 4 al día el próximo Viernes.

Pero no todo van a ser prohibiciones! He decidido que por cada 30 días que me pase sin mandarlo todo a la mierda, me voy a autopremiar con alguna de esas cosas que siempre he querido tener pero que la almohada me decía - ¿Realmente no puedes vivir sin un serum para pestañas? ¿un contador de pasos de £120? ¿una máquina para hacer arroz? ¿Demasiado trabajo echarlo en una olla? Sí, mi almohada es bastante cruel

Y como dudo de mi capacidad de terminar lo que empiezo (a no ser que sea terminar un paquete de patatas, ahí cumplo hasta el final) he pensado que sería buena idea hacerlo con más personas, compartir altos y bajos, locuras, monos, técnicas, recetas, vivencias y todo lo que se os ocurra.

Así que si te has despistado buscando cualquier otra cosa pero has terminado leyendo el post, por favor comenta que te parece y veamos que sale de aquí  :)



P.D La imagen la he sacado de MissBorderlike - si quereis echarle un ojo a su página de facebook, aquí tenéis un enlace https://www.facebook.com/MissBorderlike/ Merece la pena!



SERPIENTES Y COCODRILOS

Las palabras nunca han sido mis aliadas, especialmente si de expresar emociones se trata. De hecho, mis cagadas a la hora de “tener que hab...